Sonetos a Orfeo – VI

Rainer María Rilke – República Checa (1875-1926)

Oh tú, entronizada rosa, para los antiguos

eras un cáliz de borde sencillo.

Para nosotros eres la flor plena e infinita,

un objeto inagotable.

 En tu riqueza luces vestido sobre vestido

alrededor de un cuerpo hecho tan sólo de

esplendor;

pero a la vez cada uno de tus pétalos

es como negar y rehusar todo ropaje.

Juego de espejos

Enrique Molina (Buenos Aires) (1910-1997)

Una mujer tan secreta y lenta, pero insisto

en descubrir el sol que la nutre y el león que olfatea

su nuca en la sombra,

cuando duerme de bruces,

de modo que escribo con cierta ansiedad

poemas en busca de la hierba tan fresca que brilla en

sus besos.

Canto XXV

Pablo Neruda – “Cien Sonetos de Amor” 

(Chile) (1904-1973)

Antes de amarte, amor, nada era mío:

vacilé por las calles y las cosas:

nada contaba ni tenía nombre:

el mundo era del aire que esperaba.

La pura voz…

Melania Pérez, cantora

Nacida en Salta, de donde nunca ha de marcharse…

Melania es la pura voz. Nacida para ser voz. Y no cabe más que la melodía lanzada en el aire o bajando en el agua para imaginarse a Melania Pérez. Sin dudas, una de las voces más singulares de la música popular argentina.

Fin de siglo

José Emilio Pacheco (México)

«La sangre derramada clama venganza».

Y la venganza no puede engendrar

sino más sangre derramada

           ¿Quién soy:

el guarda de mi hermano o aquel

           a quien adiestraron

para aceptar la muerte de los demás,

           no la propia muerte?

La maravilla de un genio

Músico, compositor, bandoneonista

Nació en Campo Santo (provincia de Salta) el 20 de mayo de 1935.

Dino Saluzzi es el genio del inmenso territorio de la música. Carga una historia de música, necesaria para sí mismo. Él niega haber elegido el bandoneón. Es que, quizás, el bandoneón debía estar simplemente con él desde que padre, Cayetano Saluzzi, se lo colocó entre las manos cuando era aún muy niño.

Alma música

Nicolás Guillén – Cuba (1902-1989)

Yo soy borracho. Me seduce el vino

luminoso y azul de la Quimera

que pone una explosión de Primavera

sobre mi corazón y mi destino.

Tengo el alma hecha ritmo y armonía;

todo en mi ser es música y es canto,

desde el réquiem tristísimo de llanto

hasta el trino triunfal de la alegría.

Y no porque la vida mi alma muerda

ha de rimar su ritmo mi alma loca:

aun más que por la mano que la toca

la cuerda vibra y canta porque es cuerda.