domingo, 11 de abril de 2010

Vanidad

Nelson Francisco Muloni (Argentina)



Me envanezco de vivir
en el latifundio de tu cuerpo,
con la correspondencia de las aves
sobre la corona de tu vientre.

Me envanezco,
entonces,
y me perfumo
con el olivo de un zarcillo
prendido de tus ojos.

En la cumbre de tu proa,
languideciendo de mares,
beso el horizonte de todas tus distancias
con el dejo del niño
y del anciano
que soy y que no he sido.

¡Cuánto oropel perdido
antes de tu territorio
en el dominio de mi espasmo!

¡Y cuánto,
al fin,
es que la vanidad de mi respiro
se ha nutrido de tu ave vigorosa!


Nelson Francisco Muloni

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